La magia de emprender
Mi nombre es Julio César Campero Guzmán, pero todos me conocen como el mágico.
Soy originario del que consideran uno de los estados más pobres de todo el país, Chiapas y a lo largo de 15 años aprendiendo y practicando el arte del ilusionismo, me he topado con todo tipo de comentarios malos y buenos. ¿Que si a lo que me dedico está bien o está mal? depende de tu perspectiva, lo que sé es que mi trabajo me ha ayudado a salir adelante, abriéndome puertas con empresas que son monstruos del entretenimiento o personas tan importantes que jamás creí conocer en la vida.
Empecé a practicar a los 12 años, la escuela secundaria fue mi escenario, los recesos entre clases me ayudaron a perderle el miedo al público y siendo honesto siempre me gusto esa atención. Pero fue a los 16 donde tomé la decisión de que este sería mi trabajo. Mi familia… no estuvo de acuerdo.
¡Y cómo estarlo! Un niño dejando la escuela por perseguir un sueño.
Las críticas fueron grandes y un ¡te vas a morir de hambre! fué lo que escuché, pero eso solo me dio más coraje para demostrarle a todos los que no confiaban en mí, que a veces las grandes ideas no siempre salen de la universidad, que una buena idea con práctica y un poco de talento pueden ser tu mejor arma para ser un empresario exitoso y dueño de tu tiempo.
Una vez me dijeron, “si logras pegar en Puebla, puedes lograrlo en todas partes”. Soy honesto al decir que a mí los poblanos me han tratado muy bien, me enseñaron que un mago no es mago sin público. Que no es bueno despegar los pies de la tierra y gracias a esas enseñanzas a lo largo de los años he podido presentarme ante miles de personas no solo en Puebla sino también en muchos estados de la república mexicana. Y con mis videos en redes sociales me siguen personas de otros países que disfrutan este bonito arte.
¿Buscan un consejo? Deja de pensar en el que pasa si no funciona, detén los malos comentarios y júntate con personas que te apoyen a desarrollar tu talento, practica día y noche, pon metas a corto y largo plazo, investiga, toma cursos, todo trabajo es bueno mientras lo hagas con responsabilidad y recuerda que cuando trabajas para deleitar e inspirar a las personas te debes a ell@s.
Cuando empecé con el ilusionismo mi mentalidad era hacer esto por el resto de mi vida. Hoy que te platico a ti todo esto lector de Open Coach Magazine, mis metas han cambiado, pues aunque disfruto mucho lo que hago no me veo a los 50 años todavía trabajando. Por eso ahora estoy poniendo mis metas en crear nuevos proyectos a lado de mi esposa, crear un futuro próspero para mi familia y que la próxima generación a la que yo le enseñe mi arte, pueda lograr lo que yo no.